A mediados del siglo XIX, Londres se encontraba superpoblada de inmigrantes pobres con
pésimas condiciones de vida, lo cual trajo aparejada una oleada de delincuencia y violencia. Uno
de los actos delictivos que más se normalizaron fue la prostitución. Entre el 3 de abril de 1888 y el 13 de febrero de 1891, ocurrieron una serie de asesinatos que
tenían como víctimas a mujeres prostitutas, cinco de los cuales se le atribuyen al hombre
apodado "Jack el Destripador", del cual nunca se conoció su verdadera identidad.
La primera de estas cinco víctimas fue Mary Ann Nichols. El 30 de agosto de 1888, esta mujer
se encontraba deambulando por las calles en estado de embriaguez, ya que no tenía dinero para
alquilar una habitación para esa noche. Esa madrugada la encontraron sin vida tirada en la calle,
con la gargante cortada de derecha a izquierda y distintos cortes en el cuerpo, patrón que luego
se repetiría en las futuras víctimas.
La segunda víctima fue Annie Chapman, que tampoco tenía dinero para pagar una cama la
noche que fue asesinada. El 8 de septiembre de 1888 se la encontró igual a que a la víctima
anterior, en la calle con la garganta cortada de derecha a izquierda y con el útero extirpado, por
lo que se empezó a sospechar que quizás el asesino era médico. La última vez que la vieron
estaba hablando con un hombre vestido muy elegante con un sombrero y una capa. Luego de esto, todo el pueblo se enteró de los asesinatos y comienzó a haber un clima de
histeria y miedo. La policía comenzó a recibir cartas de los habitantes, entre ellas una carta del
propio asesino que decía lo siguiente: "Querido Jefe: Constantemente oigo que la policía me ha atrapado pero no me echarán mano
todavía. Me he reído cuando parecen tan listos y dicen que están tras la pista correcta. Ese
chiste sobre “Mandil de Cuero” me hizo partir de risa. Odio a las prostitutas y no dejaré de
destriparlas hasta que me harte. El último fue un trabajo grandioso. No le di tiempo a la señora
ni de chillar. ¿Cómo me atraparán ahora? Me encanta mi trabajo y quiero empezar de nuevo si
tengo la oportunidad. Pronto oirán hablar de mí y de mis divertidos jueguecitos. Guardé algo de
la sustancia roja en una botella de cerveza de jengibre para escribir, pero se puso tan espesa
como la cola y no la pude usar. La tinta roja servirá igual, espero, já, já. En el próximo trabajo le
cortaré las orejas a la dama y las enviaré a la policía para divertirme. Guarden esta carta en
secreto hasta que haya hecho un poco más de trabajo y después publíquela sin rodeos. Mi
cuchillo es tan bonito y afilado que quisiera ponerme a trabajar ahora mismo si tengo la ocasión.
Buena suerte. Sinceramente suyo. Jack el Destripador. No se molesten si le doy mi nombre profesional. No estaba bastante bien para enviar esto antes
de quitarme toda la tinta roja de las manos. Maldita sea. No ha habido suerte todavía, ahora
dicen que soy médico, ja, ja."
La tercera víctima fue Elizabeth Stride. El 30 de septiembre de 1888 fue interceptada por el
asesino en un callejón, quien la mató instantáneamente. Justo en ese momento otro hombre pasaba
por el lugar y lo interrumpió, provocando que el asesino escapara corriendo. Luego de eso, esa
misma noche asesinó a su cuarta víctima Catherine Eddowes, quien había sido detenida por estar
en estado de embriaguez y liberada alrededor de la una de la mañana. La última vez que la
vieron estaba hablando con un hombre vestido de forma elegante, y la encontraron con la
garganta cortada de derecha a izquierda, la cara mutilada, los intestinos y un riñón extirpados, y
le faltaba un pedazo de la oreja. La policía recibió dos cartas que decían lo siguiente: "Cuando le pasé el dato no lo hice en clave, querido Jefe, mañana tendrá noticias sobre el
trabajo de Saucy Jacky; esta vez un doble evento. La primera de ellas chilló un poco y no pude
terminar a tiempo. No tuve tiempo de quitarle las orejas para la policía. Gracias por no haber
divulgado mi última carta hasta que me puse a trabajar de nuevo.
Jack el Destripador" "Desde el infierno. Mr Lusk. Señor os envío la mitad del riñón que tomé de una mujer la preservé
para vosotros. La otra pieza la freí y la comí, fue muy agradable. Si aguardáis un poco más
quizás os envíe el ensangrentado cuchillo. Atrapadme cuando podáis. Mishter Lusk."
Su última víctima fue Mary Jane Kelly. Mary fue encontrada en la cama de la pensión donde
dormía, completamente descuartizada y mutilada. Fue el asesinato más violento de todos, tan grave que la prensa decidió no hablar más de los casos para no dar prensa al asesino, a
pesar de que la policía seguía recibiendo cartas. La policía interrogó a alrededor de doce mil personas, entre las cuales ochenta fueron detenidas,
pero nunca encontraron a Jack el Destripador ni se pudo conocer su identidad. Su historia
fue ampliamente utilizada en la cultura popular, protagonizando cientos de historias de ficción
hasta el día de hoy. Publicado por Victoria
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