Los robots tienden a funcionar con baterías y enchufes. Pero el RoBeetle funciona con metanol, un tipo de alcohol que se encuentra comúnmente en solventes y anticongelantes. Los combustibles líquidos como el metanol contienen más energía por unidad de volumen que las baterías, especialmente a pequeña escala. Esto significa que los microbots que funcionan con metanol no requieren una fuente de alimentación externa adicional, como cables o campos electromagnéticos. Por lo tanto, teóricamente podrían moverse con más autonomía que sus contrapartes eléctricas mientras conservan su minúsculo tamaño.
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